Nacido en Bamako (Mali) en 1940, el cineasta Souleymane Cissé se convirtió por su trayectoria en una figura relevante de la filmografía del África subsahariana. Esto dicen los que saben. Por eso, la semana pasada me acerqué a la filmoteca para ver una de sus películas, insertada en un ciclo de cine africano que dura hasta septiembre.
La película, titulada La Luz (Yeelen, 1987), fue premio especial del jurado en el Festival de Cannes. Además de su valor estético como filme, lo que me resultó más interesante fue ver cómo mostraba en el contexto del relato las costumbres sociales de los bambara y de sus pueblos vecinos. Las conversaciones y las acciones de los personajes se entretejen en un contexto cultural que vale la pena observar. Relaciones familiares, economías nómadas, costumbres alimenticias, rangos establecidos, indumentarias, normas... todo en 101 minutos y en color.
El argumento de La Luz narra el viaje de un joven de la etnia bambara con conocimientos mágicos que es perseguido por su padre, un hechicero, por no respetar sus creencias y no querer seguir sus pasos en una tradición en la que se han transmitido los secretos de la brujería de una generación a otra. El protagonista atraviesa en este relato mitológico diversas pruebas en las que llega a conocer su propio destino.
Fotografía: IVAC
No hay comentarios:
Publicar un comentario