Durante los últimos días se han publicado diferentes noticias relacionadas con el descubrimiento de un nuevo fósil de homínido en Atapuerca. Según Europa Press, los equipos que trabajan en los yacimientos de la sierra burgalesa localizaron en el nivel TE9 de la cueva de la Sima del Elefante un pequeño fragmento de húmero de un adulto que podría pertenecer al mismo individuo que la mandíbula encontrada el pasado año y que podría constituir el caso de canibalismo más antiguo.
El fragmento, que presenta marcas de descarnación y de percusión similares a las observadas en los restos de mamíferos del mismo nivel, podría sustentar la tesis de la práctica de canibalismo hace más de un millón de años en la Sierra de Atapuerca.
Pero antes de realizar tal afirmación, cabe reflexionar sobre el hecho que supone comerse a un ser igual, sobre qué razones tendrían nuestros antepasados para llevar a cabo tal práctica. Seguramente hoy lo vemos extraño, difícil de creer, pero si ocurría de esta manera, sería por una causa justificada. Supervivencia o misticismo. De todas las maneras, serçia una actividad no reprochable por la moral/costumbre dominante de entonces.
Los investigadores, que aún esperan encontrar nuevos restos humanos que confirmen este extremo, consideran que el mencionado sería, si se confirmara, "el caso de canibalismo más antiguo conocido de la historia de la evolución humana y retrasaría en cerca de medio millón de años esta práctica antropofágica".
El canibalismo, destacaron fuentes del yacimiento, está "muy bien contrastada" en los restos de Homo antecessor en el vecino yacimiento de la cueva de la Gran Dolina.
Cabe recordar que en 2007 y 2008 se localizaron en el nivel TE9 en este mismo yacimiento los restos fósiles humanos más antiguos de Europa occidental: una mandíbula que fue portada de la revista Nature en abril de 2009 y una falange de mano que de momento permanece inédita. La datación de estos fósiles humanos y de la industria lítica asociada tiene 1,3 millones de años, de acuerdo con las dataciones realizadas por el método de núclidos cosmogénicos.
"Alimentarse de individuos de la misma especie podría ser consustancial al género Homo porque todas las especies del Pleistoceno lo han practicado: el Homo antecessor, el Homo heidelbergensis, el Homo neanderthalensis, el Homo sapiens", dijo el codirector del Proyecto Atapuerca y director del IPHES (Instituto Catalán de Paleoeoclogia Humana y Evolución Social), Eudald Carbonell, quien cree que "eso es muy importante, no se trataría de un ritual sino que sería una forma de comportamiento etológica y cultural que siempre ha acompañado al género Homo".
En un comunicado recogido por Europa Press, Gala Gómez, miembro del IPHES, que ha sido quien ha descubierto este húmero, explicó que sucedió mientras excavaba en el cuadro de la Sima del Elefante que le habían asignado. "Extraje un hueso que estaba muy sucio y no se podía observar muy bien. La alegría estalló más tarde en el laboratorio. Una vez limpio, los especialistas en restos óseos identificaron que era u húmero humano. Fue un momento muy emocionante y todos nos pusimos muy contentos", dijo.
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