El Danubio, el segundo río más largo de Europa, une las dos partes de la ciudad de Budapest. Lejos de ser azul, como reza el título musical del maestro Strauss, refleja en sus aguas pardas ambos lados de las riberas. Dicen allí que sólo los enamorados ven en su superficie el mismo color que el que luce un cielo despejado.
De los ocho puentes que tiene la urbe, vemos en la foto el puente de la Libertad, decorado con el ave legendaria de los magiares, el Turul. Si miras de cerca a este pajarraco, no es ni águila ni buitre. Realmente es una invención, un tótem cultural, que no tiene un sentido biológico, sino espiritual. Sirvió como estrella guía de las tribus magiares pobladoras de esta zona de Centroeuropa. Hablaremos de ellos en otra ocasión.
Volviendo a los puentes, el más conocido de la capital húngara es el de las Cadenas, que simboliza la unión de las dos ciudades.
1 comentario:
Preciosas fotos!
No sabes cuánto me alegro de que Dossier Global resurja. Tienes muchas cosas bonitas que compartir con tus lectores incondicionales. Un beso
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