26 dic 2011

La noche de Murakami

La ciudad tiene un funcionamiento autónomo, "parece un gigantesco ser vivo". El tráfico, las luces de neón, la música estridente, los personajes autóctonos de las horas sin luz. Es el escenario de After Dark, una historia que Haruki Murakami (Kioto, 1949) relata entre la realidad y el universo onírico.

El narrador es una suerte de cámara onmisciente que se cuela en la intimidad de cada personaje, graba las conversaciones más comprometidas y conoce las miserias y virtudes de los protagonistas. Enfoca donde le conviene en cada escena para mostrar su contenido. Es una porción de guión cinematográfico, con indicaciones sobre cómo encuadrar los planos, jugar con la iluminación e, incluso, proporciona una serie de temas musicales a modo de banda sonora.

Atrapa al lector un capítulo tras otro. La lectura es fluida, está lubricada con metáforas dinámicas. Con un trasfondo de amor, violencia, complejos y frustraciones, es capaz de lanzar un mensaje positivo: para empezar a solucionar un problema debemos buscar sus orígenes y actuar sobre ellos.

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